Tratamiento del agua en piscinas

Una piscina,  como podrás sospechar, no siempre es fácil mantenerla para que luzca de manera perfecta, especialmente durante todo el periodo de baño. Sin embargo, en ocasiones se requieren determinados cuidados se nos pueden pasar por alto. En este post te explicaremos como mantener tu piscina radiante durante todo el año.

Hay que tener en cuenta que, para que una piscina cuente con unas condiciones seguras y saludables para el baño, no bastará con que el agua esté cristalina. Además de ello, será necesario prestar atención al tratamiento químico, el cual es fundamental para evitar que nuestra piscina sea un foco de infecciones. De esta manera, es necesario realizar un tratamiento de depuración del agua, que comprende a su vez dos procesos:

  • Tratamiento físico del agua. Consiste en eliminar los residuos sólidos como pueden ser hojas o insectos que fluyen en el agua. Para ello, el agua de la piscina pasa por un filtro de arenas o vidrio. Es recomendable revisar todos los años el filtro y cambiar la arena cada 3 o 4 años.
  • Tratamiento químico. Para ello emplearemos una serie de productos químicos para desinfectar el agua, asegurándonos que el baño sea seguro. Los más empleados son:
    • El cloro. Es el encargado tanto de que el agua se mantenga cristalina como de desinfectarla. La forma más habitual de usarlo es a través de pastillas, aunque también se emplea en polvo o en líquido.
    • Alguicida. Evita la aparición de algas en la piscina.
    • Floculante. Sirve para disolver las pequeñas partículas que se encuentran en suspensión en la piscina.
    • Controlador del pH. El pH de una piscina es algo fundamental, debe de oscilar entre 7 y 7,8.

Por otra parte, si optamos por instalar un purificador de agua, no será necesario utilizar productos químicos para el tratamiento, ya que su funcionamiento se basa en las propiedades del bromo o el oxígeno activo.

Problemas habituales con el agua de la piscina

Algunos de los problemas más comunes que se pueden dar en el agua de tu piscina, que posiblemente ya hayas tenido o puedes llegar a tener, son los siguientes:

  • Aparición de algas. Es uno de los problemas más comunes que se dan en las piscinas. Para evitarlas, es necesario realizar un tratamiento preventivo de algas de forma constante, solo de esta manera podrás evitar que en tu piscina aparezcan algas persistentes.
  • Agua turbia. Esta puede deberse a distintas causas: presencia de partículas en suspensión, existencia de algas o un pH descompensado. También puede estar relacionado con una filtración del agua poco eficiente.
  • Desajustes en el pH. El nivel del pH es algo considerable, ya que, si no está controlado, todos los productos de mantenimiento del agua perderán gran parte de su eficacia, por lo que podrá aparecer cualquier problema.
  • Cal incrustada. Puede presentarse en las paredes y accesorios de la piscina, haciendo que las superficies se vuelvan ásperas. Esto se produce cuando el agua con la que se llena la piscina presenta un alto nivel de cal, aunque también es frecuente que se dé si el nivel del pH es elevado.
  • Excesivo olor a cloro. Un alto nivel de pH suele ser la causa principal de este problema.

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